Creer cuando nadie cree: resistencias, desgaste y la fe como motor pedagógico

“Cuando se espera que un niño rinda más, lo hace. La expectativa se convierte en realidad.”
— Rosenthal & Jacobson

El impacto de una mirada que sostiene

En tiempos de agotamiento, burocracia y presión por resultados, la esperanza puede parecer un lujo inútil. Sin embargo, en el corazón de toda transformación educativa hay un acto que antecede incluso a la metodología: creer en el otro.

La historia de Valentina —una joven rebelde, con el cabello teñido, marcada por el abandono y los silencios familiares, y envuelta en pensamientos autodestructivos— es más que una anécdota: es un recordatorio brutal y bello de lo que ocurre cuando alguien decide mirar más allá del síntoma.

Ella llegaba tarde. Ella no encajaba. Ella rompía las reglas. Pero alguien la vio. No como un caso, no como una amenaza, sino como una persona. Alguien se quedó después de clases solo para hablar de música.

Y en ese gesto —mínimo, cotidiano, invisible— comenzó el cambio. No fue inmediato, ni heroico, ni evidente. Pero fue real.

El efecto Pigmalión no es un concepto, es una responsabilidad

La investigación de Rosenthal y Jacobson demostró que las expectativas de los adultos inciden en el rendimiento de los estudiantes. Pero esto no se trata solo de creer que un estudiante puede mejorar sus notas.

Se trata de sostener un vínculo emocional que siembre posibilidades incluso cuando todo parece indicar lo contrario.

“A veces hay que creer primero, para ver después.”

No todos los cambios son inmediatos. No todas las mejoras se traducen en cifras. Pero sí en dignidad. Y en sentido.

Creer también cuando somos líderes cansados

Este principio trasciende la sala de clases. También los equipos docentes necesitan jefaturas que crean en ellos, que no se quiebren ante el error o la lentitud, sino que acompañen, dialoguen y sostengan.

Y aún más profundo: nosotros también necesitamos creer en quienes nos lideran, incluso cuando no entendemos del todo sus decisiones. La fe no es ingenuidad. Es una apuesta activa por el futuro.

Relaciones horizontales: liderazgo con alma

Hay una falsa creencia: que para liderar hay que estar por encima. Pero no. Bajar del Olimpo fortalece tu autoridad, porque la confianza no se impone, se cultiva.

Una palabra de aliento, una sonrisa, una conversación que no corrige, sino que acompaña. Eso también es liderazgo.

“Cuando uno escucha no desde la reprensión, sino desde la presencia, se puede transformar la forma en que alguien se ha sentido tratado toda su vida.”

La fe como motor cuando no hay garantías

Valentina rindió la PAES. No tenía buenas notas. Pero estudió, luchó, se aferró a ese vínculo que se había creado. Y entró a la universidad que quería. Lloró. Escribió una carta. Dijo gracias.

El contenido de esa carta aún arde.

Porque creer en alguien es una forma radical de esperanza. Una que no exige garantías ni recompensas. Pero que, cuando florece, transforma a ambos: al que creyó, y al que fue creído.

Creer en otro ser humano puede parecer una acción menor. Pero a veces, es el punto exacto donde empieza una historia de redención.
Nuevo Gigante

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