“Las carreras no se ganan pensando, sino corriendo.”
¿Hasta dónde reflexionar antes de actuar?
Esa es una de las preguntas más difíciles que enfrenta cualquier persona que quiere cambiar algo en su vida: iniciar un proyecto, mejorar un hábito, abandonar la parálisis o, simplemente, comenzar a caminar hacia un objetivo.
El problema es que muchas veces, sin darnos cuenta, reemplazamos la acción por la planificación eterna. Pensamos y repensamos cada paso. Buscamos certezas imposibles. Y así, el disparo de salida se da… pero nosotros seguimos en el mismo lugar, mentalmente atrapados en lo que podría pasar si fallamos.
“Reflexionar es bueno en la medida que nos da amplitud de acción y aminora los sobresaltos. No obstante, reflexionar a tiempo completo solo procura enlentecer el periodo de acción que hemos venido gestando.”

Pensar sí, pero moverse también
Visualizar la meta puede darnos dirección, pero no nos acerca a ella.
Reflexionar nos permite ordenar, jerarquizar, estimar riesgos. Pero no genera resultados por sí sola.
La confianza real llega cuando nos movemos. La seguridad no se construye antes de actuar, sino que emerge desde el hacer.
“Las ideas son el sustento de nuestras acciones, pero todo lo que pensamos debe ser seguido por la obra.”
El miedo, ese viejo compañero

Reflexionamos tanto porque tenemos miedo. Miedo a fallar. A que no funcione. A parecer tontos.
Pero lo cierto es que el miedo no se vence desde el pensamiento, se vence desde el movimiento.
No hay forma de evitar por completo el riesgo. Pero sí podemos elegir cómo enfrentarlo: haciendo, aunque tiemble la voz.
“Comprendí que no tenemos miedo a fallar, realmente; tememos a hacer el ridículo, a exponernos porque sentimos que eso nos vuelve vulnerables.”
Comenzar es un acto de fe

Dar el primer paso no exige garantías. Exige convicción. Y esa convicción no llega mágicamente: la fabricamos mientras avanzamos, mientras nos ensuciamos las manos, mientras nos equivocamos y corregimos.
Cada vez que postergamos la acción esperando el momento perfecto, estamos en realidad perdiendo tiempo valioso para aprender.
Emprender es aprender haciendo.
“Todo conocimiento resulta a lo menos agresivo porque nos obliga a reacomodar lo que creemos y sentimos.”
¿Qué es lo peor que puede pasar si te mueves? ¿Y lo mejor que puede pasar si finalmente lo haces?
La respuesta no está en el papel, ni en los mapas mentales. La respuesta está del otro lado del miedo.
Y como bien dijimos antes… las carreras no se ganan pensando.