No solo en vacaciones

Hoy es lunes. El segundo lunes de vacaciones, aunque aún deba hacer clases dos veces esta semana por la tarde. Ha sido relajada.
Pero creo que no ha sido relajada porque no deba hacer clases.
Estamos de vacaciones los profesores, sí…
Pero lo que me relajó fue haber ocupado a concho la semana anterior: salí a correr, entrené, escribí, avancé en este proyecto, hice cosas que normalmente tengo que compatibilizar a medias.
Por ejemplo hoy, fui a dejar a mi pareja al trabajo y quedé “libre”.
Ni tanto. Debo ir al gimnasio y luego sentarme algunas horas frente al computador para continuar con esto que me hace bien.
Esto que digo no es para decirme que debo mantenerme ocupado.
Es para decirme que debo mantenerme fiel.
Cuando regresen las clases, cuando termine el invierno, cuando el año vuelva a apretar…
Debo continuar.
Este fue el punto de partida, pero no debe ser el de término.
Nuestra disciplina es tan blanda y efímera.
Empezamos con ganas, con impulso, pero cuando todo se pone cuesta arriba…
empezamos a buscar excusas.

“No tengo tiempo.”
“Estoy muy cansado.”
“Es que el trabajo es prioridad porque de eso vivo.”


Sí. Todo eso puede ser cierto.
Pero nada de eso —ni el cansancio ni la falta de tiempo— nos hace más felices, más plenos o al menos más tranquilos.
A veces basta con 30 minutos.
Unos burpees bien hechos antes de la ducha. Una caminata honesta.
Media hora de lectura de algo que no sabías.
Un par de páginas escritas aunque no sean brillantes.
No es el cuerpo el que pone excusas.
Es la mente.
Es esa parte tuya que quiere volver al piloto automático.
Y yo, no quiero volver ahí.

No me parece justo que la lectura, el ejercicio o la escritura solo ocurran cuando tengo “tiempo libre”.
No es justo conmigo.
Porque el trabajo no me dará lo que yo puedo darme a mí mismo: consistencia, dirección, salud, claridad.
Ya empecé durante estas vacaciones.
Y no voy a detenerme.
No dejaré de hacer lo que me hace bien.
No lo volveré secundario. No lo volveré frágil.
Este proyecto me compromete.
Y por eso dejo esto por escrito.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *